La mujer que quería ser...
La jornada de hoy me llevó a pensar en los sueños de la otrora niña Luna Arena, y también en la persona que solía ser. Cuando era una chiquilla, mi abuela cuidaba de mi. No porque mis padres no pudiesen, solo adoraba su compañía y cuando me separaban de ella, lloraba desconsoladamente; optaba por lágrimas para convencer a mi padres de que no me obligasen a separarme de ella. En el día a día, detestaba cuando mi hermano menor jugaba a sacarme de quicio con sus travesuras. Pasaba horas enteras en frente del televisor, y conocía todos los dramas de las novelas del momento. Soñaba con ser cantante o bailarina, adoraba ver concursos de canto y al ballet de los canales nacionales, que en aquel entonces sus coreografías eran realmente artísticas. Eventualmente, supe que mi voz no iba a ser lo suficientemente buena para el mundo del arte y el espectáculo. Cuando la televisión paga llegó a mi vida, adoraba ver las competencias de patinaje sobre hielo. Soñaba con convertirme ...