Reencuentro

Solía tener un amigo incondicional, capaz de participar en cada momento de mi vida por más insignificante que pareciese. Era increíble, él estaba conmigo la mayor parte del tiempo aunque solo fuese para compartir el silencio porque sabíamos tanto el uno del otro, que daba la impresión que no nos faltaba nada por conocer.

Un día, empecé a tener otra visión de su amistad. Me cansé de que quisiese absorber todo mi tiempo, me dí cuenta que mi amigo era un dictador en potencia, queriendo acaparar toda mi vida. No era un tema de amores de por medio, solo su forma de ser: dominar todo a su alrededor.

Empezaron las diferencias. Hubo reclamos. Discutimos. Peleamos. Peleamos mas fuerte. Nos causamos mutuamente heridas profundas. Nos separamos.

Y como es propio de Luna Arena, tomé esto como una experiencia más, la encapsulé y la envié al fondo del baúl del olvido. No me importó no volver a "ser la misma" con él, la verdad es que tampoco quería serlo.

El tiempo pasó. Años, transcurrieron años.

Ayer lo volví a ver. Hablamos. Al parecer solo quedan cicatrices de aquellas espantosas heridas. Fue tan fácil hablar con él, pareciese que todo estuviese resuelto.

Hemos madurado. Tenemos otras perspectivas. Creo que podremos recuperar nuestra relación.

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